
De tierras lejanas vienen para llevarse el corazon de los hombres. Se ocultan bajo miradas sublimes y terzas manos. Llevan una suave cabellera que enreda mis labios cuando te acercas. Adoro tu perfume pues es como cada amanecer. Me atrapa tu presencia. Y no lo puedo evitar. Perdoname, pues me he enamorado.
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